El libro que empecé a escribir se durmió y no despertó más. Eso quiere decir que es mejor que le dé una oportunidad a otro libro, que lo más probable es que también se duerma para siempre.
Es que si sacamos al dinero del escenario, podríamos decir que "tener tiempo" es la nueva riqueza y eso es -justamente- lo que no tengo.
Y cuando estamos con riqueza (o sea, con tiempo), me falta energía.
Eso último tiene una razón de ser y es algo que se viene apoderando de mi alma desde hace varios años, pero he aprendido a disimularlo bien.
Como siempre evoco al pasado -no porque fuera mejor, o peor, simplemente lo recuerdo- creo que en la época escolar fue cuando tuve más tiempo. Con el ingreso a la universidad las cosas cambiaron y de ahí no paré más.
Por eso me propuse tener más tiempo para todo y todos, mediante la organización, y me está yendo bastante bien con el plan.
El único problema siguen siendo los libros, que ya no sé cómo despertarlos.
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